Tareixa Enríquez López
La córnea, la retina
y el cristalino sufren una constante agresión lumínica.
Con el estilo de vida actual esa agresión se hace más
intensa ya que nuestros ojos se ven sometidos a una exposición
continuada a las pantallas de televisión, ordenador, móvil,
tablet, etc., así como a los rayos de sol y a las luces
potentes. Esto produce residuos nocivos (radicales libres) que
causan pequeños daños que el ojo tiene que reparar a
diario. Con los años, esta capacidad de reparación
decae, las estructuras oculares se oxidan y degeneran y pueden
aparecer alteraciones de retina, mala visión nocturna,
cataratas, etc. Sin olvidar que los problemas de salud como la
hipertensión, la diabetes, el colesterol y el tabaquismo,
también pueden repercutir en la vista.
Así vemos como a
partir de los 40-45 años, las personas que no han tenido
ningún problema de visión anteriormente empiezan a
notar cambios en la calidad de la visión y cada vez se
adelanta más la presbicia y por tanto la necesidad de usar
gafas de “cerca”. Y a partir de los 60 años, un 3-4% de
personas sufre otros problemas más graves de vista como la
degeneración macular y un 25% sufre cataratas en algún
grado.
¿Qué hacer?
¿Leer menos, usar menos las pantallas y proteger los ojos de
los rayos de sol? Pues además de intentar hacer un uso más
racional de las pantallas, de protegernos de la luz solar con las
gafas apropiadas, de hacer gimnasia ocular, y pasar revisiones
oftalmológicas adecuadas, hay algo muy fácil y eficaz
que podemos hacer para alargar la vida de nuestra buena vista:
alimentarlos mejor.
El menú de tus ojos
Efectivamente, se sabe que
para ayudar a la vista a reparar esos desgastes que se producen con
el paso de los años, necesita de unos nutrientes específicos
como:
. Vitamina A y betacarotenos
procedentes de la zanahoria y otras fuentes, ya que estos nutrientes
neutralizan los radicales libres producidos por la luz, oxígeno,
humo, etc., que deterioran la transparencia y causa sequedad en la
córnea y cristalino del ojo.
. La luteína
y la zeaxantina dos carotenos presentes en algas (sobre todo la
Dunaliella salina),
pimientos rojos, coles,
repollo, lechuga,
espinacas, maíz,
mostaza, yemas de huevo y kiwis,
entre otros, que mantiene la salud de la retina facilitando su
función visual y protegiéndola de la luz y de los
radicales libres.
. Fitonutrientes presentes
en arándanos, algas y otras frutas y verduras, que preservan
la irrigación ocular, la agudeza visual y mejoran la visión
nocturna.
. Zinc, selenio y vitaminas A y E
que protegen las estructuras oculares del daño oxidativo.
. Vitaminas A, E, C, zinc y carotenos que
mantienen la agudeza visual y regeneran los pigmentos.
Así que lo ideal
sería incluir en el menú diario todos estos nutrientes
a través de alimentos como los arándanos, el germen de
trigo, la levadura de cerveza, las algas, los huevos, el aguacate,
las almendras, las zanahorias, etc.
Si fuerzas mucho la
vista
Para
las personas que trabajan constantemente ante el ordenador y fuerzan
mucho la vista, lo mejor es asegurarse la cantidad diaria recomendada
de esos nutrientes recurriendo a un complemento alimenticio dietético
que los contenga y tomar la dosis aconsejada por el fabricante (1 o 2
cápsulas al día). Pero siempre es mejor escoger un
complemento dietético natural cuyos nutrientes procedan de
fuentes naturales como zanahoria, arándanos, algas, etc.
Con esto y con un estilo de
vida adecuado para los ojos que permita entrenar la vista a corta,
media y larga distancia, estaremos asegurando una larga vida a la
vista.
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