Tareixa Enríquez López
Tras unas largas vacaciones, el cambio del ocio en general a la rutina escolar o laboral, puede comportar frustración y ansiedad. Y eso, desde un punto de vista de salud, baja las defensas y nos vuelve más indefensos ante cualquier enfermedad. Por eso, además de reincorporar progresivamente rutinas relacionadas con la hora de acostarse y levantarse, horarios de comida y hábitos similares a las que se siguen durante el curso, de modo que la transición sea suave, también se puede recurrir a algunos remedios extras que nos ayudarán a adaptarnos mejor al nuevo ciclo.
Flores de Bach para adaptarse mejor
Dentro de la terapia floral del Dr. Bach, hay una flor que está muy indicada para adaptarse mejor a los cambios: “Walnut” (nogal). Puedes poner 4 gotitas de walnut en un vaso pequeño de agua y tomar cuatro veces al día, siendo las tomas más importantes la primera de la mañana, nada más levantarte, y la última de la noche, justo antes de acostarte. También se pueden tomar a lo largo del día cada vez que nuestro estado de ánimo lo requiera.
Para los niños que vuelven al cole y para todos los estudiantes que reinician el curso, también les vendrá bien añadir otra esencia floral llamada “Clematis” (Clemátide) que facilita la concentración, tan necesaria después de la dispersión de las vacaciones. Se pueden poner ambas flores juntas, 4 gotas de cada una en cada toma.
Recuperar la rutina del sueño
Las alteraciones en el sueño y, en consecuencia, las dificultades de concentración y de atención sostenida, síntomas habituales del llamado síndrome posvacacional, también pueden evitarse con un remedio natural.
Para mejorar la calidad del sueño y facilitar la vuelta a los horarios normales, ayuda mucho recurrir a un suplemento natural de triptófano en cápsulas ya que es un aminoácido esencial que no puede ser sintetizado por nuestro organismo y por lo tanto debe ser suministrado por la dieta. Un incremento de triptófano a nivel cerebral favorece la síntesis de serotonina, una hormona que influye sobre la casi totalidad de funciones cerebrales: ritmos circadianos, sueño-vigilia, control neuroendocrino, temperatura corporal, percepción del dolor, actividad motora, funciones cognitivas (contenido de nuestros pensamientos), afectividad y otras múltiples acciones. Se pueden tomar dos cápsulas en el desayuno y otras dos después de la cena.
Si los problemas de sueño son debidos al cambio horario, debido a los viajes, también se puede recurrir a la melatonina en comprimidos. Esta hormona segregada por la glándula pineal (ubicada en el cerebro) tiene como función principal regular el sueño controlando los ritmos circadianos. La melatonina que produce nuestro cerebro tiene su máxima secreción cuando no hay luz, es decir, por la noche, sobre todo entre la 1:00 y las 5:00 horas de la madrugada. Ese es el momento en que el sueño es más profundo. Como nuestro cerebro produce la melatonina solamente de noche, puede resultar útil suplementar la dieta con comprimidos de melatonina siempre que acumulemos muchas horas de luz seguidas, como ocurre en los viajes en que se cruzan varias franjas horarias. Pero también se ha constado que la secreción global de la melatonina decrece con los años y que esta puede ser la razón por la que a medida que avanzamos en edad el sueño se hace más fraccionado y de peor calidad.
Por eso en caso de jetlag a la vuelta de vacaciones, o de insomnio sin causa aparente en personas de edad media o avanzada, tomar un comprimido con 1,9 mg melatonina dos horas antes de acostarse, puede ayudarles a
conciliar el sueño..